EL EXCESO DE ALCOHOL


El exceso de alcohol es perjudicial


Las bebidas alcohólicas se obtienen por varios procedimientos: la fermentación y la destilación. Dependiendo de cuál ha sido el proceso de elaboración la intoxicación y los efectos serán mayores o menores. Por ejemplo, el vino, la cerveza o el champán se obtienen a partir de la fermentación del fruto o grano de origen. Su graduación es menor que la obtenida de las bebidas destiladas como la ginebra, el whisky o el ron. Por otro lado, el principal componente del alcohol y responsable de las intoxicaciones es el etanol. 

Las consecuencias tras una ingesta excesiva de alcohol pueden ser devastadoras. Transcurridos pocos minutos tras el consumo, el alcohol pasa a la sangre donde puede llegar a mantenerse durante varias horas. Así, ejerce su acción sobre los diversos órganos del cuerpo.

El etanol afecta a todo el organismo recreándose, fundamentalmente, en el hígado. Y es que este órgano cumple la función de transformar el alcohol en otras substancias inocuas para el organismo. Sin embargo, su capacidad de absorción es limitada. Tan solo puede metabolizar entre 20 y 30 gramos de alcohol por hora. Si el consumo es superior a estas cifras, la bebida circula por la sangre dañando al resto de los órganos. 

Por otra parte, siempre se ha pensado que el alcohol es un poderoso estimulador del sistema nervioso central. Ocurre todo lo contrario. Al principio provoca una sensación de excitación, pero esta da lugar a una depresión del organismo y la sensación de somnolencia, la visión borrosa, la descoordinación muscular y el aumento del tiempo de respuesta sustituyen a la euforia y la deshibición del principio. 

Los vómitos, la diarrea, el descenso de la temperatura corporal, la sed, el dolor de espalda y la deshidratación son respuestas naturales del organismo ante un consumo excesivo. 

El alcohol también puede alterar las conductas psicológicas y sociales del individuo que lo consume en exceso. Por ejemplo, debido a que se trata de un dpresor del sistema nervioso central bloquea el funcionamiento del sistema cerebral responsable de controlar las inhibiciones. De este modo, el individuo se siente eufórico y capaz de hacer cualquier cosa. Así, puede lanzarse a actuar de forma temeraria y adoptar conductas que puedan dañar su integridad física y psíquica. 

El núcleo familiar también puede verse afectado puesto que el abuso de esta sustancia se asocia a conductas delictivas, alteraciones del orden y, en los casos más extremos, conductas suicidas. 

Xiomara Ximena Acero Acero
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